martes, 31 de mayo de 2011

ShangHai

Voy a empezar hablando sobre esta maravillosa ciudad porque casi siempre que voy a China aterrizo en ella diréctamente desde España y despego de ella para llegar de nuevo a mi país. La primera vez que estuve en Shanghai, lo primero que pensé fue: ¡Estoy en el futuro! Y lo que ocurre es que Shanghai tiene un panorama, unos edificios y unas calles que parecen sacadas de una película del tercer milenio. Sus rascacielos no solo son preciosos y completamente distintos entre sí, sino que, a diferencia de en Madrid, quedan bien porque están por todas partes. Hay muchísimos enormes rascacielos, y la gente normal vive en pisos de una altura inimaginable.
Además, Shanghai contiene algunos de los rascacielos más altos del mundo y sigue construyendo más a medida que pasa el tiempo. En las calles hay cruces con puentes en los que puede haber hasta siete u ocho puentes, uno encima del otro y cada uno llendo a una dirección distinta. Tiene uno de los pocos puentes que hay en el mundo de imanes (el Maglev), que te lleva desde el aeropuerto hasta la ciudad, y la ciudad en sí es un hormiguero lleno de enormes centros comerciales, gente andando por todas partes y pequeños puestos de comida. A mí lo que me encanta comprar por la calle es un extraño pero riquísimo té con leche y bolitas de tapioca o gelatina; pero hay una enorme variedad y aseguro que cualquier persona podría encontrar algo a su agrado.
Es una ciudad, naturalmente, muy contaminada y como la mayor parte de China es húmeda y hace mucho calor. Algo verdaderamente malo es el olor, que al llegar es un gran impacto para cualquier turista, pero aparte de eso la ciudad está bastante limpia y alcabo de unos días te acostumbras al olor y dejas de notarlo.
Esta ciudad tiene un gran valor sentimental para mí, ya que la conozco tan bien o mejor que mi propia ciudad y además en ella he vivido muchas aventuras y he hecho muchos amigos. Los primeros amigos que hice allí con mis padres fue cuando fuimos la primera vez, cuando yo tenía unos seis años, y aún los visitamos cada vez que volvemos a la ciudad. Fue muy tarde, una noche cualquiera en la que habíamos estado con unos amigos que teníamos de antes de ir. Cuando volvimos al hotel decidimos que teníamos mucha hambre, pero luego al salir a la calle encontramos que era tan tarde que todos los restaurantes estaban ya cerrados. Sin saber que hacer andamos por las calles, buscando un sitio donde picar algo; y de repente nos encontramos con que había un restaurante japonés abierto. Entramos allí y cenamos de maravilla; y además me acuerdo de que montamos una pequeña fiestecilla con los dueños del local en la que yo me dispuse a jugar con los pequeños gatos mientras que mi hermana dormía y mis padres enseñaban a los japos (así es como los llamamos desde entonces aunque en realidad son chinos) a bailar el tango. Fue realmente divertido y desde entonces, aunque solo vemos a los japos dos veces al año como mucho, mantenemos una estrecha relación con ellos.
Pero esto sólo es el comienzo de nuestros viajes, y puedo decir que Shanghai es una ciudad mágica que se ha buscado un sitio en mi corazón.

lunes, 30 de mayo de 2011

Cambios

Ya han pasado 7 años desde la primera vez que fui a China, y debo decir que el maravilloso pais ha cambiado muchisimo. Al principio, cuando andábamos por la calle los chinos que pasaban nos pedian fotos nada más nos veían. Prácticamente ningun chino hablaba un idioma que no fuese chino y fuesemos a donde fuesemos mi hermana y yo siempre eramos una tremenda novedad. Ahora todo eso ha cambiado. Ya en muy pocos sitios nos piden fotos- solo en los más apartados como el Tibet- y todo es mucho más turístico. Cuando andamos por las calles comerciales nos encontramos con toda clase de vendedores gritando "bueno, bonito y barato!" no solo en ingles sino en español. Ya no es tan facil practicar el idioma cuando se viaja allí porque los chinos prefieren practicar nuestro propio idioma antes de hablar cómodamente el suyo y arriesgarse a que nos alejemos por no entenderlos. Sinceramente, me parece bastante triste.
Por otra parte, tambien tiene su lado bueno. Es más dificil perderse y más facil encontrar los sitios; pero la verdad es que, para mí, todo eso formaba parte de la emoción de viajar a China.

Maravillas

Los años 5 & 6 en China fueron maravillas.Mayor
Tuvimos la fantástica oportunidad de ver cosas únicas en el mundo.
Chendú fue una de ellas. Justo después del terremoto, todo estaba hecho un caos. No había turistas por allí. Ver el parque natural de osos panda fue maravilloso. Había recién nacidos y los osos estaban muy activos. En la guardería se tiraban por los sitios y los mayor comían a todas horas. Fue precioso.
El Glaciar de Hailoguo del Himalaya también fue espectacular. A 7000 metros de altura y con la mayor cascada helada del mundo, el glaciar estaba libre de extranjeros a causa del terremoto. Su hielo gris y sus enormes grietas lo decoraban. Estaba al lado de la montaña dorada, llamada así porque todos los días, por la madrugada, la montaña parece dorada. Ésto se ve desde el fantástico hotel que hay en la montaña, por delante de todos los demás. Después contemplar el maravilloso glaciar y hacernos millones de fotos, mi padre nos guió hacia la aventura hasta un precioso bosque por la montaña. Por medio había un pequeño río y una cascada que nos guiaban.
Otra maravillosa ciudad fue Shangrilá. El el enorme monasterio que rodeaba el poblezuelo era espectacular. Su interior estaba lleno de generosos monjes, grandes esculturas y enormes habitaciones pintadas tradicionalmente.
En Shangrilá hicimos muchas cosas bastante especiales. Una de ellas fue el maravilloso paseo a caballo que dimos hacia el inmenso lago. De la mañana a la tarde, el día se pasó volando encima del gran caballo.
También fuimos a una preciosa montaña. Allí contratamos a un excelente guía que nos guió a través de los bosques hasta un pequeño lago protegido. Allí pasamos la tarde comiendo, bebiendo y hablando. Más adelante tuvimos que subir a la cima de la montaña del Himalaya.
La garganta del tigre también tuvo un gran afecto sobre mí. Sin duda, esos potentes rápidos me encantaron. Al llegar a la garganta me excité. Bajamos lentamente por el estrecho camino f¡de roca hasta llegar a la gran roca que estaba al lado de los rápidos. Nos hicimos fotos al lado de la cascadas de detrás de el gran salto. Después subimos por el lado peligroso. Fue lo mas emocionante de la aventura. Subíamos un gran acantilado por unas pequeñas escaleras en vertical que estaban justo encima del gran río. Al llegar arriba, paseamos por el enorme puente del salto del tigre hasta cansarnos y volver al hotel.
Las olimpiadas en Pekín fueron indescriptibles. Los estadios, los partidos, las competiciones y los voluntarios fueron geniales. Nos lo pasamos genial de partido en partido, competición en competición y de estadio en estadio. La gente nos alludaba mucho a encontrar las cosas y me quedé atónita.
Estos años han sido geniales y espero que los próximos sean aún mejores.

Presentación

Quería ir a China pero no soporto ir en viajes organizados. No tuve más remedio que empezar a estudiar chino si quería conseguir mi objetivo, y así empezaron mis aventuras. A estas alturas ya he ido 5 años seguidos y he vivido múltiples experiencias. Me encantaría compartirlas con todos vosotros, convenceros de que a China se puede ir sólo y que me ayudeis con mis siguientes objetivos.