viernes, 1 de julio de 2011

Lo Imprescindible

En establecimientos caros admiten tarjetas. Para lo demás hay que llevar efectivo, pero el billete mayor es de 100 yuan (10 euros). Muchos cajeros permiten sacar dinero con tarjetas occidentales, pero suelen limitar la cantidad máxima (por extracción, no por día) a 2.000-3.000 yuan, por lo que en ocasiones hay que sacar varias veces. Lo más económico es cambiar en bancos, para lo que hay que llevar el pasaporte. Los bancos que cambian divisas tienen una Y cruzada con dos flechas en verde para indicarlo, pero suele haber bastantes colas. Hay que tener cuidado con los billetes falsos, pues circulan muchos de 100 yuan. La mejor manera de evitarlos es no pagar con euros en sitios que no sean de confianza (pues nos los darán con el cambio) y vigilar el billete que se entrega a taxistas y otros colectivos que no podamos reclamar posteriormente, puesto que a veces dan el cambiazo y con cualquier excusa te devuelven un billete falso por uno que estaba bien.

Por último, conviene llevar pañuelos de papel a mano, ya que no siempre hay papel en los servicios.

Qué hacer y qué ver

Recomiendo probar los masajes de acupresura chinos que encontraréis en distintos establecimientos o en los hoteles. En particular el masaje de pies es una actividad clásica para realizar en grupo después de cenar, mientras se toma algo de fruta o de té y se relaja uno de las experiencias del día.

En mi opinión, los monumentos chinos no merecen mucho la pena, aunque visitar el palacio de verano o la ciudad prohibida es casi obligatorio. Es más interesante la naturaleza, pero para eso creo que no tendréis tiempo. Los jardines son bonitos, pero también cansan. El otro problema de las visitas turísticas a monumentos es que, si no te lo explican, como no entiendes la cultura china, no ves mucho la gracia del asunto, e incluso en ocasiones aunque te lo expliquen. En cuanto a la gran muralla, es una excursión desde Pekín. El sitio más cercano para visitarla, Badalin, está muy masificado de turistas y muy reconstruido, por lo que pierde algo la gracia. A mí me gusta más Simatai, pero son, si no recuerdo mal, cerca de 3 horas de camino de ida, por lo que puede que no tengáis tiempo. No hay que hacerse grandes ilusiones de la gran muralla, porque lo más grandioso es su longitud y uno ve sólo un trozo muy pequeño. Aun así, llama la atención.

Si tenéis oportunidad, visitad el vestíbulo del hotel Hyatt en la torre Jin Mao en Shanghai, pues el rascacielos es hueco en un número de plantas y es bonito. Las vistas de la ciudad, ya veréis. En cambio, los restaurantes de esta torre no merecen demasiado la pena. Son muy caros para su calidad.

Entre los espectáculos, os resalto el circo chino en Shanghai, impresionante aunque orientado a turistas. Es un circo de acróbatas con un nivel que todavía no ha salido de China.

Comprar en China

Otra actividad interesante son las compras. Hay múltiples mercados de compras en Hang Zhou, Pekín y Shang Hai. Por lo que yo conozco, en Hong Kong encontraréis menos variedad y precios más altos, y quizá el de Pekín sea el más completo. En ocasiones no es inmediato encontrar los mercados. En estos mercados encontraréis cosas muy parecidas: marcas como Custo, Dolce & Gabana, Arman, Gucci, Abercrombie... todo ello de imitación, y con niveles de calidad muy variables.

Si queréis comprar algo de marca, no os creáis demasiado que es original. Ellos vienen a Europa a comprarse originales, pues les sale más barato. Las marcas originales están en los centros comerciales y tiendas oficiales en las grandes y avenidas principales.

El regateo es obligatorio en las zonas donde hay turistas y los niveles de precios, por tener una referencia, entre 1/10 y 1/5 del precio aquí. Como referencia, una camiseta de Custo de manga corta puede salir por 60 yuan regateando bastante.

Encontraréis tiendas locales con productos locales por todas partes.

Cualquier persona que vaya a Hang Zhou debe visitar el impresionanre mercado de seda que hay allí. En él se pueden comprar toda clase de productos de seda (desde ropa hasta edredones para las camas) a precios realmente bajísimos. Por esto los chinos llaman a esta ciudad la "Ciudad de la Seda".

Tanto en Pekín como en Shanghai hay una tienda de perlas altamente recomendable y de confianza. Se llama "Amylin's" o "Amylin's Pearls", y en ella se pueden comprar joyas de perlas verdaderas a precios inimaginables en otras partes del mundo. Hay productos con una inmensa variedad de precios (un collar de perlas puede costar desde el euro hasta los miles de euros)pero los precios siempre son justos y baratos.

Comida

En mi opinión el desayuno del hotel suele ser prescindible, ya que en general hay pocos sitios en los que la comida occidental merezca la pena, y en cambio la variedad de la comida china la hace mucho más apetecible. Para desayunar recomiendo, al menos un día, ir a la calle y tomar cualquier cosa en un restaurante local (leche de soja con porras, sopa de won ton, empanadillas chinas...)

En general en China se come muy bien en muchos sitios. No obstante, si tenéis oportunidad, el Da Dong de Pekín y el One Harbour Road de Hong Kong merecen mucho la pena, y el dim sum (empanadillas rellenas) del puente de las nueve vueltas de Shanghai es un clásico, aunque ese tipo de empanadillas de origen cantonés se puede comer en muchos sitios, incluyendo el restaurante recomendado en Hong Kong, en este caso con un nivel de calidad extraordinario.

Mi recomendación para comer es ir acompañado y pedir bastante variedad, para probar de todo (se come con palillos del centro de la mesa), preferiblemente marisco, verduras y aves. Es difícil encontrar carne bien preparada (salvo guisos, normalmente pesados), por lo que recomiendo dejarla para la vuelta. Entre el marisco, es muy bueno el cangrejo rey (wang xia) y algunas variedades de almejas y navajas. Las verduras son todas buenas y la variedad es enorme. Entre las aves, además del pato son buenos el ganso y los pichones. Ellos dan bastante valor al pollo, del que comen, como del resto de animales, todas las partes. Un aperitivo clásico son las lenguas de pato. Los dulces merecen en general poco la pena, aunque hay cosas curiosas hechas, por ejemplo, con judías, y en en muchos lugares, en especial en Hong Kong hay tartaletas portuguesas de hojaldre relleno de crema que no están nada mal.

También hay que probar en alguna ocasión la comida de la calle. Si tenéis oportunidad, probad una especie de pinchos morunos hechos en una parrilla de carbón, con verduras, setas, pescado, callos o carne. En este caso, la carne puede merecer la pena (pero si no se dice nada en contra, estos pinchos pueden ser muy picantes).

El vino de allí es generalmente malo, y con frecuencia beben una cerveza que tiene pocos grados de alcohol pero no está mal. Una alternativa son los zumos naturales de fruta. Hay que tener cuidado con lo que allí denominan en ocasiones vino blanco, que es un aguardiente de sorgo de alta graduación alcohólica, muy apreciado y que se toma en las grandes ocasiones.

También es recomendable tomar té en casas de té y restaurantes. Los tés de calidad son muy buenos. En especial merecen la pena, entre los tés verdes,el Long Jing de Hang Zhou, y entre los oolong, el Tie Kuan Yin de Fujian. Una variante de las casas de té es el dim sum (empanadillas al vapor y aperitivos similares), que también encontraréis en sitios por la calle y en restaurantes.

Si no os gusta el picante, no olvidéis la expresión “bu la de”, que quiere decir que no se quiere picante.

Para todo el mundo recomiendo pedir arroz blanco "bai mi fan" con vuestras comidas. Este es un plato increiblemente barato que previene diarreas para los que son más aventureros a la hora de pedir en un restaurante de menor confianza, y además siempre es un puerto seguro por si no os gusta lo que habéis pedido.