viernes, 1 de julio de 2011

Qué hacer y qué ver

Recomiendo probar los masajes de acupresura chinos que encontraréis en distintos establecimientos o en los hoteles. En particular el masaje de pies es una actividad clásica para realizar en grupo después de cenar, mientras se toma algo de fruta o de té y se relaja uno de las experiencias del día.

En mi opinión, los monumentos chinos no merecen mucho la pena, aunque visitar el palacio de verano o la ciudad prohibida es casi obligatorio. Es más interesante la naturaleza, pero para eso creo que no tendréis tiempo. Los jardines son bonitos, pero también cansan. El otro problema de las visitas turísticas a monumentos es que, si no te lo explican, como no entiendes la cultura china, no ves mucho la gracia del asunto, e incluso en ocasiones aunque te lo expliquen. En cuanto a la gran muralla, es una excursión desde Pekín. El sitio más cercano para visitarla, Badalin, está muy masificado de turistas y muy reconstruido, por lo que pierde algo la gracia. A mí me gusta más Simatai, pero son, si no recuerdo mal, cerca de 3 horas de camino de ida, por lo que puede que no tengáis tiempo. No hay que hacerse grandes ilusiones de la gran muralla, porque lo más grandioso es su longitud y uno ve sólo un trozo muy pequeño. Aun así, llama la atención.

Si tenéis oportunidad, visitad el vestíbulo del hotel Hyatt en la torre Jin Mao en Shanghai, pues el rascacielos es hueco en un número de plantas y es bonito. Las vistas de la ciudad, ya veréis. En cambio, los restaurantes de esta torre no merecen demasiado la pena. Son muy caros para su calidad.

Entre los espectáculos, os resalto el circo chino en Shanghai, impresionante aunque orientado a turistas. Es un circo de acróbatas con un nivel que todavía no ha salido de China.

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